Tras un breve descanso en semana santa, nos toca volver a la rutina y a un ritmo vital más ajetreado: trabajo, estudios, labores en casa, eventos sociales… De hecho, ¿sabías que 7 de cada 10 españoles señalan al estrés como uno de los principales problemas que les restan calidad de vida? Y detrás de él, en la mayoría de los casos, se encuentra la falta de tiempo.
El estrés es una respuesta fisiológica frecuente ante una situación momentánea que exige un esfuerzo superior al habitual, ya sea físico, mental o emocional. Normalmente, conlleva un estado de tensión nerviosa, originado por problemas sentimentales (por ejemplo, la pérdida de un ser querido) o las exigencias del día a día, que no tiene por qué ser necesariamente negativo, ya que de hecho es un proceso natural que nos ayuda a vencer dificultades y a rendir a un alto nivel.
Sin embargo, si esta situación se prolonga durante demasiado tiempo sí puede repercutir negativamente en nuestra salud y en nuestro modo de vida, manifestándose de múltiples maneras: dolores de cabeza, pérdida de memoria, falta de concentración, fases de diarrea o estreñimiento, subida o bajada de peso debido a la disminución o aumento del apetito, ansiedad, cansancio constante, cambios de humor, problemas a nivel sexual…
Si has notado algunos de estos síntomas, no te preocupes, porque tu problema tiene solución. ¡Puedes reducir el estrés siguiendo estas sencillas indicaciones!:
- Medita: basta con dedicar unos minutos diarios a la meditación para rebajar los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y la ansiedad. También puedes alternar la meditación con ejercicios de respiración profunda o de relajación muscular.
- Escucha música: está comprobado que la música cambia el estado de ánimo de las personas. Ante un pico elevado de carga de trabajo, puedes probar a ponerte de fondo música relajante (preferiblemente, clásica o instrumental), ya que te facilitará concentrarte. Y a nivel personal también puede ayudarte: pon tu música favorita mientras haces alguna tarea doméstica o te duchas. ¡Seguro que cantar y bailar te hace estar de mejor humor!
- Conecta con la tierra: ¡disfruta más a menudo de la naturaleza! Escuchar el sonido del mar, salir a dar un paseo por el campo o contemplar una puesta de sol nos proporciona serenidad y paz de espíritu. Además, debes intentar tomar el sol, al menos, 15 minutos diarios, para recibir la vitamina D que tu cuerpo necesita. ¡Eso sí, no te olvides de la protección solar!
- Procura dormir lo suficiente: sabemos que, en ocasiones, tienes una lista tan grande de tareas por hacer que no te queda más remedio que quitarte horas de sueño para cumplir con todas tus obligaciones, pero ése es un grave error. Dormir entre 7 y 9 horas diarias sirve para regular los niveles de cortisol y, además, nos ayuda a estar lo suficientemente descansados para afrontar con ánimo todos los quehaceres diarios. Así que, ya sabes: procura mantener unos horarios regulares, desconecta el móvil un par de horas antes de irte a dormir y no hagas cenas muy copiosas que te dificulten conciliar el sueño.
- Aumenta tu vida social: no hay nada como quedar con tus seres queridos para que tus niveles de estrés se reduzcan. Poder hablar de tus problemas con franqueza, sentir que te escuchan y se preocupan por ti o, simplemente, evadirte en compañía de tus familiares y amigos, es una de las mejores terapias que puedes encontrar.
- Haz deporte: la actividad física te ayudará a combatir la ansiedad y a descansar mejor, aunque no debes realizar ejercicios exigentes a partir de las últimas horas de la tarde, ya que tu cuerpo se activará y te costará dormir. Además, hacer deporte libera endorfinas, que son neurotransmisores encargados de hacernos sentir felicidad y bienestar. Ya sabes: ¡mueve ese cuerpo!
- Aliméntate mejor: el estrés y la ansiedad pueden llevarte a comer más de la cuenta, sobre todo grasas y azúcares. Sin embargo, estos alimentos, que te proporcionan energía inmediata, a largo plazo te producirán una sensación de cansancio aún mayor. Por lo tanto, si quieres mantener a raya el estrés, debes evitar los estimulantes como el café o el alcohol, beber suficiente agua y mantener una dieta saludable, en la que prime el consumo de frutas y verduras.
Recuerda que estos son sólo algunos consejos prácticos que puedes incorporar a tu vida diaria para intentar reducir el estrés y la ansiedad. No obstante, si esta situación se mantiene a lo largo del tiempo, es recomendable que acudas a un profesional: tu médico de cabecera o un psicólogo podrán orientarte sobre el tratamiento más adecuado para tus necesidades.